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Entrevista por BEATRIZ CUARTERO
El Salón del Cómic de Zaragoza ha organizado con motivo de su XVII edición la exposición ‘Dr. Uriel, Viñetas de la Guerra Civil‘ en el Centro Joaquín Roncal que permanecerá abierta hasta el 4 de enero de 2019. La muestra está basada en hechos reales que quedaron recogidos en el libro ‘No se fusila en domingo’, escrito por el propio doctor Pablo Uriel y que posteriormente ha sido llevado al cómic por Sento Llobell y Elena Uriel, su yerno e hija, en una trilogía sobre la Guerra Civil española reeditada recientemente en un solo volumen por Astiberri bajo el título ‘Dr. Uriel’. Para los autores, esta exposición permite “traer de vuelta a Pablo a Zaragoza”. Y es que la historia de este “médico novato”, tal y como se tituló originalmente el primer volumen del cómic, comienza en un escenario muy conocido en la capital aragonesa: el edificio del Paraninfo.
Sento y Elena Uriel son parte del elenco de autores invitados al XVII Salon del Cómic de Zaragoza. Participarán en la mesa redonda ‘Experiencia de vida hecha viñetas’, en la que también intervendrán Kim (‘Nieve en los bolsillos’), Arnau Sanz (‘Tíbiris’), Jaime Martín (‘Jamás tendré 20 años’) y Camille Vannier (‘Poulou y el resto de la familia’, con la moderación de David Fernández de Arriba (‘Historia y cómic’).
‘Dr. Uriel’ recoge la vida de Pablo Uriel. ¿Ha sido sencillo dibujar sobre una persona a la que se aprecia?
Sento– Quizás he sentido más responsabilidad a la hora de crear y animar al protagonista. Me costó tomar la distancia suficiente para poder convertir al Pablo real en un personaje.
El cómic está basado en la novela ‘No se fusila en domingo’ escrita por Pablo Uriel para dar a conocer a sus hijos las verdades de la Guerra Civil y desmentir la imagen de los 25 años de paz que el franquismo quería transmitir. ¿Es necesario con los tiempos que corren recoger de nuevo este mensaje?
Elena.- Sí, es necesario. Hay que repetir, hasta la saciedad, y recordarnos continuamente que en los conflictos armados siempre hay un sufrimiento atroz, y que los beneficios para las personas, si es que los hay, han tenido un coste excesivo. Además, en el caso de la Guerra Civil española, durante muchas décadas, la historia de lo que pasó fue escrita y maquillada exclusivamente por los “vencedores”. Es necesario que aprendamos a solucionar los conflictos de manera inteligente y humana.
Tanto el libro como el cómic transmiten, sobre todo, una profunda reflexión sobre cómo el ser humano reacciona ante el miedo y la violencia. ¿Cómo afectó esto a Pablo?
E.-Pienso que, como a todas las personas que sobreviven al horror y la barbarie, a mi padre esta guerra le cambió profundamente la vida. Su alma quedó herida para siempre y creo que pasó a valorar las cosas que de verdad valen la pena. Hablaba poco y escuchaba mucho. Mi padre empezó ya a anotar reflexiones y hechos, al principio de la guerra, cuando estaba preso en la Academia General Militar de Zaragoza. No paró durante el resto de su vida de escribir y leer, casi siempre libros que hablaban de la guerra. Imagino que trataba de encontrar una explicación a la atrocidad en la que se había visto involucrado.
En un texto de la exposición se lee: “Los testimonios minúsculos, como el suyo, no suelen figurar en los grandes libros de historia y acaban olvidándose y desapareciendo… Pero las palabras de Pablo y los dibujos de Sento, juntos, están logrando que esta «pequeña gran historia» sea difícil de olvidar”. ¿Son necesarias estas historias personales para conocer la historia real de España?
E.-Se han empezado a conocer, muy tarde, los testimonios de esa otra parte silenciada de la historia de nuestra Guerra Civil, que es la que no pudieron contar los asesinados y los represaliados, y que parece que aún levanta ampollas. El miedo es un arma poderosísima y eficaz.
¿Qué opináis de la Ley de Memoria Histórica?
E.- Aunque con mucho retraso, si la Ley de Memoria Histórica logra que salgan a la luz, no solo los cuerpos, sino también las historias que se enterraron para silenciarlos, se lograrán por lo menos dos objetivos: que las familias puedan encontrar y enterrar a sus muertos debidamente y que la historia de la Guerra Civil deje de ser absolutamente parcial.
Es un lujo que la familia haya conservado toda la documentación y los escritos de Pablo ¿Habéis descubierto algo de él que desconocierais?
E.- Las cuatro hermanas de Pablo que sobrevivieron se quedaron solteras y guardaron cuidadosamente, durante toda su vida, todos sus papeles y cartas. Cuando murieron pasé a custodiarlos yo. Cuando Sento se planteó dibujar el cómic, empezamos a documentarnos y a organizar esos documentos y las fotos, y a transcribir cientos de cartas. La verdad es que, leyendo esa correspondencia y siguiendo sus pasos a lo largo de los tres años que duró la guerra, comprendí muchas cosas y descubrí nuevas facetas de mi padre. Y lo que descubrí me hizo apreciarlo más, si esto era posible.
¿Cómo se sintetizan las letras de un libro en viñetas?
S.-Primero tienes que aprender a contarte a ti mismo la historia de una manera resumida, sin obviar nada importante. La troceas y la vuelves a montar cosiendo las escenas de nuevo para dar una sensación de unidad. Quizás lo más difícil es descartar pasajes muy bellos o sugerentes que no caben en la nueva estructura. Tienes que crear una obra diferente con un apoyo muy fuerte en la imagen y el texto literario hay que convertirlo en diálogos.
Todo lo que ocurre es real, en escenarios que aún existen. ¿Cómo ha sido la tarea de documentación?
S.-Durante años hemos visitado, recorrido y documentado fotográficamente todas y cada una de las localizaciones que salen en el tebeo. En todos esos lugares, hemos procurado hablar con gente que conocía la historia o con supervivientes o sus familias. Ha sido tremendamente interesante y…emocionante. Hemos conocido personas de toda condición que nos han dado datos y ánimos para concluir este largo trabajo.
La maleta es un elemento importante en el cómic. ¿Por qué?
S.- La idea es que la maleta y su contenido sean el nexo de unión entre los capítulos. La maleta existió. Pablo cuenta cómo la recupera milagrosamente tras caer Belchite y cómo los milicianos se ríen de él deseándole “buen viaje” cuando le hacen prisionero. Son esos elementos mudos, exclusivamente visuales… son las armas del dibujante.
La trilogía acaba con un tercer capítulo que se titula “Vencedor y vencido”. ¿Resume la sensación de Pablo Uriel al acabar el conflicto?
E.- Totalmente. Él acabó la guerra en el bando de los vencedores -¡condecorado y todo!- pero fue una víctima y un vencido el resto de su vida.
¿Es necesario el cómic social e histórico? ¿Qué puede aportar?
S.-La información, los testimonios de la época, la documentación… siempre aportan luz sobre la historia. Si esto lo hace también un cómic…¡Bienvenido sea! Pero además de la parte informativa, debe ser también un medio de entretenimiento. La historia se debe estudiar en los libros de historia que escriben los historiadores. Desde el punto de vista pedagógico, un buen cómic es un muy buen material de apoyo para acercarte a pequeñas realidades del pasado.
E.-Nos encanta pensar que la historia de Pablo y sus palabras pueden ayudar a que los jóvenes de hoy sientan curiosidad por saber algo más de lo que aquí pasó y se pongan a investigar, se hagan preguntas, busquen respuestas y que, además, disfruten haciéndolo.
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